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Dirección de Ignacio Arellano
(Universidad de Navarra, Pamplona)
con la colaboración de Christoph Strosetzki
(Westfälische Wilhelms-Universität, Münster)
y Marc Vitse
(Université de Toulouse Le Mirail/Toulouse II)

Consejo asesor:

Patrizia Botta
Università La Sapienza, Roma

José María Díez Borque
Universidad Complutense, Madrid

Ruth Fine
The Hebrew University of Jerusalem

Edward Friedmann
Vanderbilt University, Nashville

Aurelio González
El Colegio de México

Joan Oleza
Universidad de Valencia

Felipe Pedraza
Universidad de Castilla-La Mancha, Ciudad Real

Antonio Sánchez Jiménez
Université de Neuchâtel

Juan Luis Suárez
The University of Western Ontario, London (Canada)

Edwin Williamson
University of Oxford

Biblioteca Áurea Hispánica, 83

AMISTADES IMPERFECTAS:

Del Humanismo a la Ilustración
con Cervantes

JUAN PABLO GIL-OSLE

Universidad de Navarra • Iberoamericana • Vervuert • 2013

Reservados todos los derechos

© Iberoamericana, 2013

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www.ibero-americana.net

ISBN 978-84-8489-640-1 (Iberoamericana)

ISBN 978-3-86527-695-7 (Vervuert)

Depósito Legal:

Cubierta: Carlos Zamora

Impreso en España

Este libro está impreso íntegramente en papel ecológico sin cloro.

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(Figura 1) «Hombre astral». Pérez de Vargas, Bernardo. Aqui comienza la segunda parte de la Fabrica del vniuerso, llamada Reportorio perpetuo en que se tratan… materias de astrologia… Toledo, Juan de Ayala 1563.

TABLA DE CONTENIDOS

Lista de cuadros

Lista de imágenes

Prefacio

Introducción

Capítulo 1: El capital simbólico de las colecciones de amigos e intelectuales

Capítulo 2: Marandro y Leoncio, los guerreros no-virgilianos

Capítulo 3: «Mi amigo usque ad portam»: espejismos de amistad perfecta

Capítulo 4: La música de los números primos

Capítulo 5: El tercer amigo: dobles nociones de amistad

Conclusión

Bibliografía

Índice

LISTA DE CUADROS

Cuadro 1. Tipos de philia I

Cuadro 2. Tipos de philia II

Cuadro 3. Géneros cultivados en los elencos de Cervantes y Costar

LISTA DE IMÁGENES

Figura 1. «Hombre astral». Pérez de Vargas, Bernardo. Aqui comienza la segunda parte de la Fabrica del vniuerso, llamada Reportorio perpetuo en que se tratan… materias de astrologia… Toledo, Juan de Ayala 1563. (1560, 22 de noviembre). fo 88 vo. La imagen procede del ejemplar de la Biblioteca Complutense Madrid

Figura 2. «Amistad» (Detalle). Pérez de Vargas, Bernardo. Aqui comienza la segunda parte de la Fabrica del vniuerso, llamada Reportorio perpetuo en que se tratan… materias de astrologia… Toledo, Juan de Ayala 1563. (1560, 22 de noviembre). fo 88 vo. Biblioteca Complutense Madrid

Figura 3. Amicitia Vera. Escalera de la Universidad de Salamanca, h. 1512.

PREFACIO

Este libro no habría sido posible sin la ayuda del Institute for Humanities Research de Arizona State University, de la Decana O’Connor en Arkansas State University, y sin el incondicional apoyo de Kimberly C. Borchard, Frederick de Armas y Mario Santana en la Universidad de Chicago y de los detallados comentarios de Ana Laguna. Así mismo quiero agradecer el diálogo enriquecedor e iluminador que han mantenido conmigo los colegas Frédéric Conrod, Joseph Snow, George Hoffmann, Françoise Meltzer, Arnold Davidson, Elissa Weaver, Armando Maggi, Justin Steinberg, Francesco Bruni, Elizabeth R. Wright, Álvaro Santana Acuña y Christopher Weimer. Mis queridos amigos Antonia de Oñate, Mikel Aramburu Zudaire, Nadia Hilliard y Noelia Sol Cimigliaro me han ayudado en diferentes momentos de la confección de este libro con sus ideas, sugerencias y correcciones. El intercambio de opiniones con los colegas y amigos me ha ayudado a formular por escrito aspectos de la representación de la amistad y del mecenazgo que, de otra forma, habrían quedado en la oscuridad de la ignorancia y en la ineficacia de la confusión. En relación con las imágenes de la amicitia vera, he de agradecer a Alice Schreyer, Special Collections en The University of Chicago, la adquisición de Aqui comienza la segunda parte de la Fabrica del vniuerso de Bernardo Pérez de Vargas. Asimismo, agradezco a Felipe Pereda toda la información de la que me hizo partícipe en la correspondencia que mantuvimos sobre las alegorías de la vera amicitia en la Universidad de Salamanca y en Bernardo Pérez de Vargas.

La noción de la amistad en la temprana modernidad es multifacética; aquí se van a tratar las relaciones de la amistad con el humor, el mecenazgo, las academias, la religión y los mercados. Las obras de Cervantes que se usan como base para el análisis son La Galatea, La Numancia, «El curioso impertinente» de Don Quijote, Las novelas ejemplares y Los trabajos de Persiles y Segismunda. Tanto la amistad femenina, como la amistad en la literatura colonial, merecerían tener un capítulo propio; sin embargo, han sufrido las consecuencias de mi propia selección editorial porque pienso que es en otros autores, o acaso en otras obras de Cervantes, donde estos temas se encontrarían mejor representados. Sin embargo, hay varias menciones a la amistad en la literatura colonial en este libro. Además, soy consciente de la importancia de la amistad femenina en la temprana modernidad; en varias conferencias he hablado de ello y lo trataré en futuras publicaciones1. Por otro lado, este libro, al estudiar la teoría de la amistad masculina, entra de lleno en la cuestión de la construcción de la masculinidad y de las relaciones entre géneros.

En estas páginas se utiliza el concepto «temprana modernidad» con la conciencia de que existe un debate sobre cómo debería de llamarse el período de la literatura castellana que comprende la última década del siglo XV más los siglos XVI y XVII. Por otro lado, el uso de la terminología «temprana modernidad» tiene varias ventajas en un estudio diacrónico de la noción de la amistad como el que se hace en la presente publicación. La ‘modernidad’ es un concepto fluctuante según la lengua que se use. En castellano, la modernidad empieza en 1492, con el comienzo de la expansión global de la corona castellana. En francés, la modernidad se inicia a finales de la década de 1640, coincidiendo con el auge militar y económico del país, además de con la derrota de España en los campos de batalla. En inglés, la modernidad se refiere específicamente a la creación de la sociedad ilustrada y liberal del siglo XVIII, en conjunción con la subida de Inglaterra tras la derrota de Francia en varios terrenos de sus enfrentamientos globales. A resultas de esta arbitrariedad, la «temprana modernidad» es un sintagma pertinente porque permite incluir en el paradigma de lo moderno otros procesos de formación nacional. En cierta forma también es útil en este libro usar el sintagma «temprana modernidad» —y no solo el de Siglo de Oro— ya que ayuda a discernir claramente hacia dónde se dirige la evolución de la noción de la amistad en un momento en que todo parece estar cambiando en Europa como es la época de Cervantes. Al mismo tiempo ayuda a proyectar una imagen de la noción de la amistad en los siglos XV, XVI y XVII que no está completamente separada de los discursos del XVIII, sino que es el precedente necesario y complementario de las evoluciones del concepto que cristalizan durante la Ilustración pero que ya estaban germinando durante la temprana modernidad.

Versiones anteriores y parciales de estos capítulos han ido apareciendo desde el año 2004 en diversas publicaciones académicas y en una serie de ponencias. Concernientes a la amistad en La Galatea, he publicado «El poema de Calíope de La Galatea y les bons auteurs de la lengua francesa»2. He trabajado sobre la amistad en La Celestina en «La amistad, el remedio de la Fortuna en La Celestina» y el caso de «El curioso impertinente» en el artículo «Early Modern Illusions of Perfect Male Fiendship».3

Todas las citas de las obras de Cervantes, salvo que se indique lo contrario, provienen de La Galatea y La Numancia publicadas en la colección Letras Hispánicas de Cátedra. Las citas de Don Quijote de la Mancha provienen de la edición publicada por Crítica, las de las Novelas ejemplares vienen de la edición de Jorge García López, en editorial Crítica y las de Los trabajos de Persiles y Segismunda de la edición publicada en Clásicos Castalia. Las traducciones al castellano, si las hubiere, son mías, salvo indicación en contra.

INTRODUCCIÓN

 

La amistad verdadera no es más que poner juntos todas nuestras preocupaciones humanas y divinas, llegar a un acuerdo y amarse uno a otro con total buen deseo y perfecta caridad.

Leon Battista Alberti, I libri della famiglia

En la temprana modernidad, la amicitia perfecta es una unión altruista entre hombres que están dispuestos a una entrega mutua total en aras de la fidelidad, tanto en la vida como en la muerte, como en la proximidad y en la lejanía, al igual que en los cambios de fortuna. En el discurso europeo de la amistad, que bebía de la Ética Nicomáquea de Aristóteles y de De amicitia de Cicerón, la intensidad de esta unión entre los amigos ideales es tal que alcanza el estatuto de sagrada ley. En su calidad de sagrada unión, el compromiso en la amistad se caracterizaba por su carencia de límites, por encima de los deberes familiares y conyugales, y más allá de las responsabilidades económicas, e incluso del instinto de autopreservación. Esta noción de la amistad se representó de forma condensada en alegorías como la que figura entre las piernas del hombre astral publicado por Bernardo Pérez de Vargas en 1560 (figura 1). La alegoría de la amicitia es el producto de la necesidad de articular un discurso sintético sobre una noción de una complejidad y vastedad enciclopédicas.

Laelius al final de De amicitia resume su amistad con Escipión el Africano —un modelo de amicitia tanto entre los romanos, como en la Edad Media y en el Renacimiento— en términos de la concordia que reinaba en su cotidiana convivencia, en el disfrute de la vida, en la participación en política, en la gestión de sus negocios privados, en los estudios y la guerra, así como en sus viajes y vacaciones1. Fulgencius, en el siglo V, vuelve a resumir los contenidos de la amistad entre estos dos romanos insignes, en su reinterpretación el texto de Cicerón por medio de una elocuente síntesis iconográfica que pasó a conocerse como la alegoría de la vera amicitia. La interpretación del discurso de la vera amicitia ciceroniana absorbida por Fulgencius resurgió en docenas de imágenes desde el Renacimiento hasta la Ilustración2.

Esta elocuente síntesis iconográfica de la amicitia, incluida en el libro de medicina astrológica de Pérez de Vargas, se encarna en un cuerpo joven con el corazón expuesto a la vista del observador, como si de una ventana en el pecho se tratara, simbolizando su transparencia y fidelidad3. Al cuerpo del joven lo acompañan tres letreros a la altura de su frente, de su corazón y de los bajos de sus ropas. Estos tituli aludían a la inquebrantable fe en la fidelidad del amigo, y creaban así un expresivo resumen de una bien conocida noción de la amicitia en la temprana modernidad. El primero, a la altura de la cabeza del joven, contiene un oxímoron que simboliza la permanencia de la amistad en los reveses de fortuna. Según reza el binomio «Invierno-Verano», los verdaderos amigos no cambian ni en invierno ni en verano. Continúan las alusiones de los títulos con el par de opuestos «lexos-cerca», en el que se inscribe el precepto de que ni la ausencia ni la distancia merman la fidelidad del amigo leal. Finalmente, bajo el título «Muerte y vida» se indica que no solo ante el peligro de muerte se verifican las amistades, sino que incluso más allá de este mundo terrenal se ha de prolongar el amor al amigo, todo ello para gloria de los antiguos pares de amigos y ejemplificación de los venideros (figura 2). La alegoría de la amistad opera como un compendio de las virtudes de la vera amicitia que implican fe, fidelidad y firmeza en el infortunio, en la distancia y en la muerte. En esta figura alegórica y sus textos interpretativos se sintetizan los aspectos más importantes que se debían de aprender en la Edad Media y la temprana modernidad sobre qué significaba ser un amigo: fidelidad en el tiempo y el espacio de este mundo, e incluso en la infinitud del más allá de la vida. Sin duda, el hecho de que la prosa ciceroniana fuera fundamental en el currículo humanista explica que la amicitia, en los términos de un ciudadano romano como Laelius hablando de su imperecedera amistad con Escipión el Africano, sea el eje conector entre un número de textos, como el De amicitia de Cicerón, el Metaforalis de Fulgencius, La amistad espiritual de Rieval, entre otros, y las representaciones gráficas de esta alegoría a partir del siglo XV.

La resonancia de este conjunto de ideas que simplificaban y condensaban la teoría de la amistad en Cicerón engendró descripciones y composiciones en España, al igual que en varias partes de Europa. En la península ibérica se crearon algunas imitaciones completas como la del hombre astral de Bernardo Pérez de Vargas (figuras 1 y 2) o como la que, hacia 1512, se esculpió en las escaleras de la Universidad de Salamanca (figura 3). Todas estas alegorías conciernen a la iconografía de la vera amicitia en España. Sin embargo, la síntesis iconográfica de la noción de la amistad no es usual ni en la literatura ni en la emblemática de la amistad en la península ibérica, donde se encuentran pocas reproducciones locales de la vera amicitia y son anteriores a 1560. A partir de entonces, el valor de la alegoría de la amistad parece entrar en franco retroceso. No obstante, no significa que no se trate el tema, sino que dejará de representarse como una unidad axiomática. La unidad en la representación dará paso a las fragmentaciones iconográfica y literaria que serán una característica de la producción española sobre la amicitia premoderna, pese a que las representaciones de la amistad perfecta reaparezcan ocasionalmente.

En 1560, cuando se publicó La fábrica del universo de Pérez de Vargas, las alegorías de la vera amicitia, como la de Fulgencius, resultaban un producto cultural anticuado. Aunque esta alegoría fue exitosamente sistematizada por Ripa en 1593 en su Iconologia, la discusión sobre la fiel amistad masculina había cedido ante una visión de la amistad más parcial y menos heroica, al igual que la cuestión sobre la dignidad humana renacentista, se había transformado en las luces y sombras del desencanto y el disimulo social4. De hecho, en España nunca se publicó una traducción de la Iconologia de Ripa con sus múltiples versiones del grabado de la amicitia. Aunque se recomendase su lectura y conocimiento como fuente importante para los artistas, también se desaconsejaba leer la Iconologia como un texto preceptivo, ya que su imitación detallada podía ir en detrimento de la belleza artística. Por ejemplo, Pacheco favoreció la imitación libre e imaginativa de las pesadas descripciones de Ripa, para evitar la fealdad de tales figuras. Se ha dicho que no fue sino un siglo después de la publicación de la Iconologia, durante la crisis del final del reinado de Carlos II, cuando la iconografía en España recurrió a las descripciones de Ripa5.

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(Figura 2. Detalle) «Amistad». Pérez de Vargas, Bernardo. Aqui comienza la segunda parte de la Fabrica del vniuerso, llamada Reportorio perpetuo en que se tratan… materias de astrologia… Toledo, Juan de Ayala 1563. (1560, 22 de noviembre). f° 88 v°. Biblioteca Complutense Madrid.

Pero esta vena creativa española no fue apreciada por Louis Sorieri que, en 1937, apuntó negativamente que el realismo de las letras hispánicas influyó en la escasez de representaciones del idealismo de la amicitia en la temprana modernidad de la península ibérica6. Sorieri llegó a decir que es notable la ausencia de imitaciones completas del tópico literario en España. Para este crítico, durante los siglos dieciséis y diecisiete, se escribieron en castellano algunas imitaciones solo parciales del tópico de los dos amigos. Respecto a Cervantes, afirmó que únicamente una novela insertada en La Galatea era digna de figurar como un auténtico cuento de los dos amigos, y que aún esta le merecía la opinión de estar truncada. Su explicación de esta escasez pasaría por la vena realista de la literatura española, pero en realidad sus juicios sesgados sobre la producción ibérica provienen de la forma en que define el objeto de su estudio, el llamado cuento de los dos amigos.

La determinación de qué es un cuento de los dos amigos en el libro de Sorieri se apoya en una modelización formalista de las unidades narrativas de la historia de los dos amigos de Boccaccio. Según él, la morfología del cuento de los dos amigos en Europa, y por tanto su tema de estudio, se conforma con la secuencia de funciones presentada a continuación:

1.- Los amigos A y B están unidos por el fuerte nexo de la amicitia.

2.- A está enamorado de una señorita y se sincera con B.

3.- A los presenta. B también se enamora de ella inmediatamente.

4.- B se debate entre el amor y la lealtad al amigo.

5.- B se enferma y se aleja tratando de esconder la causa de su enfermedad.

6.- A descubre la causa de la indisposición y de la lejanía de B.

7.- Para ayudar a su amigo, A renuncia al matrimonio con la señorita. B se recupera y se casa con la señorita. La renuncia de A significa su caída en desgracia dentro de su clan familiar y del de la ex prometida.

8.- Al tiempo, las negativas circunstancias, causadas por su caída en desgracia, fuerzan a A a pedir ayuda a B.

9.- A está tan cambiado por su desgraciada vida que no es reconocido por B. A desea la muerte.

10.- Un crimen ocurre. A es acusado y en su desesperación no se defiende.

11.- En el juicio, B por fin reconoce a A y trata de salvarlo acusándose a sí mismo de haber perpetrado el crimen

12.- Se descubre la inocencia de ambos. A ayuda a B a recuperar su estatus social.

Para Sorieri, basándose en estos doce puntos, los cuentos de los dos amigos que se distancian de estas unidades narrativas o son imitaciones parciales del tópico, o bien no califican como tal, pese a que representen una relación entre dos amigos. Si este análisis morfológico es pertinente, por ejemplo, para el análisis de La boda entre dos maridos de Lope de Vega, lo es solo hasta cierto punto para el análisis de la historia de Timbrio y Silerio en La Galatea o de «El curioso impertinente» en Don Quijote, pero tiene la virtud de establecer un marco fundamental y sólido de lo que es un cuento de los dos amigos por toda Europa, y de cuáles y cuán numerosas son las desviaciones respecto a la norma en los cuentos de los dos amigos escritos por Cervantes. La única excepción es la historia de Nísida, Timbrio y Silerio en La Galatea, la cual calificó de ‘adaptación’ incompleta7. Sorieri consideraba que las representaciones de la amistad en Cervantes se alejaban demasiado de la norma de los dos amigos de Boccaccio. Este alejamiento de las normas de representación de la amicitia es lo que interesa en este libro para analizar la amistad en Cervantes, ya que las amistades parciales en Cervantes son un referente fundamental para el estudio de la noción de la amistad entre el Humanismo y la Ilustración.

Juan Bautista Avalle-Arce interpretó, en cambio, que la tradición sobre la amistad en las letras ibéricas es rica y dinámica. Refutó el trabajo de Sorieri completándolo en un artículo memorable sobre la cuestión de la amistad en Iberia. Para este crítico, esta otra excepcionalidad de las letras españolas era solo un producto de la ignorancia de Sorieri, y no provenía de que la literatura española fuera atrasada respecto al resto de Europa8. Avalle-Arce ve una evolución positiva en las representaciones literarias de los dos amigos desde la repetición sistemática del contenido moralizante en la Edad Media hasta la reelaboración creativa y estética en el Renacimiento. En las imitaciones medievales del cuento de los dos amigos:

La validez de la moral es lo esencial, las filigranas artísticas lo de menos; de aquí la repetición de la materia sin variar casi la forma (…). Las propias circunstancias de nuestro cuento lo convierten en instrumento ideal de las ejemplificaciones éticas (…) para sus autores el verdadero interés no está en el contenido narrativo, sino en el contenido simbólico [de la gran cadena del ser]9.

El poder del cuento de los dos amigos como significante ético durante la Edad Media se incardinaba en una epistemología teleológica y trascendente, que durante el Renacimiento «recibe un duro golpe y varios de sus eslabones saltan para no ser reemplazados más»10. No obstante, la particularidad de la amicitia en España y en Cervantes, sin embargo, no es ni tan extrema como indicaba Sorieri, ni tan denigrante como la percibía Avalle-Arce, más bien los dos adolecen de un sesgo.

Desde el punto de vista europeo, el caso de la literatura española es abrumadoramente distinto, como probó Sorieri; pero ello no quería decir que fuera una literatura atrasada como interpretó Avalle-Arce y procuró rebatir. La cuestión es que en la literatura española priman las representaciones de la amistad parcial, o las adaptaciones ‘incompletas’, como diría Sorieri, o las transformaciones del tópico, como preferiría conceptualizarlas Avalle-Arce. La amistad parcial masculina —ignorada por Sorieri, y embarazosa para Avalle-Arce— es una representación de la amicitia donde los amigos no pueden ser o no saben cómo ser fieles y dedicados el uno al otro hasta llegar a fundirse en la unidad hasta más allá de la muerte. En las teorías de la amistad de la temprana modernidad, la fidelidad y el altruismo son dos puntos recurrentes. Por tanto, la infidelidad y el interés personal son dos elementos de las representaciones de la amistad imperfecta; y estas amistades imperfectas son una de las grandes contribuciones de las letras hispánicas a la noción de la amistad en la temprana modernidad, que madurarían durante la Ilustración.

Louis Sorieri achacó esta falta de idealismo y perfección en las representaciones de la amistad en Iberia al concepto del realismo en las literaturas de la Península. Si el supuesto realismo es importante en la literatura hispánica, también lo es su interés por la burguesía, como lo han mostrado varios recientes estudios sobre la literatura y el mundo material11. Las representaciones parciales de la amistad forman parte de los valores de una burguesía emergente que no necesariamente compartía los ideales de la nobleza, con su economía del mecenazgo, ni con los simbolismos aristocráticos de la amicitia. Las representaciones literarias de la amistad en la península ibérica son un repositorio inestimable de información sobre los cambios, y agentes de estos cambios, en la noción de la amistad —y por tanto, del individuo y de sus redes sociales, artísticas y económicas— en la temprana modernidad.

Pero la profundidad de la cuestión de la amistad en la temprana modernidad no se agota con las referencias a las escalas de valores de la burguesía y la aristocracia, o a las clasificaciones formalistas sobre lo que constituye o no un cuento de los dos amigos. La complejidad también proviene de la metodología usada para reconstruir la historia de la temprana modernidad. Alan Bray, en The Friend, hizo por lo menos dos grandes aportes a los estudios de la amistad. Uno consistió en desenmascarar la importancia política de la noción de la amistad tanto en el pasado como en el presente. En su opinión, el concepto de la amistad es una compleja categoría histórica utilizada en debates políticos sobre la sociedad del bienestar y el neoliberalismo capitalista en la Inglaterra de la Guerra Fría. Entre los historiadores británicos la discusión académica respecto a la noción histórica de la amistad se convirtió en una proxy-war entre el liberalismo económico y el modelo del estado del bienestar12. En cuanto a las agendas políticas en la historiografía inglesa Bray, explica que las tensiones ideológicas tras la Segunda Guerra Mundial radicalizaron los modelos de la historia de la familia en Inglaterra. Por un lado los defensores del estado del bienestar proponían una historia inglesa plagada de sistemas de solidaridad e interrelaciones sociales. Por otro, los defensores de una ética individualista y neoliberal acentuaban el papel de la unidad familiar en la historia del país13.

El segundo aspecto del trabajo de Bray que ha dado forma a este libro es su agudo sentido de los problemas metodológicos en la historiografía de la amistad. Ya que la amistad no es una institución o un contrato documentado y regulado por las leyes, existe muy poca documentación de archivo. La escasez de documentos ha hecho que la amistad haya sido habitualmente una categoría inexistente o marginal entre los historiadores. Por tanto, el objetivo para el que se redactó la documentación de archivo causa problemas entre los historiadores a la hora de estudiar la amistad, mientras que favorece los estudios de la familia y su valoración excesiva en los estudios históricos14. Bray propone una metodología interdisciplinar, incluyendo entre otros aspectos el análisis ecfrástico y la crítica literaria, para superar los obstáculos inherentes a escuelas historiográficas más tradicionales que no reconocen la amistad como categoría histórica, ya que no existe suficiente documentación de archivo para considerar que fuera una institución importante15. El estudio de la parcialidad en las representaciones de la amistad en Cervantes también necesita una revisión del modelo de investigación que se le aplica, ya que son relaciones profundamente ambiguas. Por tanto, para analizar la parcialidad y ambigüedad de la amistad en los libros de Cervantes es necesario aplicar una perspectiva multidisplinar, donde la antropología, filosofía, historia del arte y teoría literaria tengan cabida.

Para delimitar qué se entiende aquí por ambigüedad de la noción de la amistad y qué consecuencias tiene la polivalencia del signo amistad para el análisis de las obras de Cervantes, quisiera hacer referencia a varios estudios académicos y conceptos que van a reaparecer en los capítulos de este libro. La Ética Nicomáquea de Aristóteles es el texto clásico que más nos interesa a la hora de mostrar la inherente ambigüedad del discurso de la amistad desde la antigüedad16. La presencia de la Ética Nicomáquea en la vida intelectual renacentista queda atestiguada por las al menos ciento veinticuatro ediciones que vieron la luz entre 1473 y 164417. En la esencia misma de esta Ética, la ambigüedad de la noción de la amistad es patente. Aunque para Aristóteles la amistad perfecta —la verdadera philia— solo puede existir entre iguales, diferentes tipos de asociaciones entre desiguales también entran dentro del concepto de philia y ocupan una gran porción de los capítulos dedicados a esta. En muchos intérpretes de Aristóteles la afirmación —parentética— de que «el amigo es otro yo» sería su definición de amistad. En la sección IX.4 de la Ética Nicomáquea que trata de las «Condiciones que se requieren para una disposición amistosa», se razona:

Puesto que estos atributos pertenecen al hombre de bien respecto a sí mismo, y puesto que estar dispuesto para el amigo es como estarlo para uno mismo (ya que el amigo es otro yo), también la amistad parece consistir en algo de esto, y ser amigos aquellos en quienes se dan estas condiciones. (1166a 30-35, énfasis mío)

Pese al idealismo obvio de esta definición, Aristóteles expresa claras dificultades para dar una definición unívoca del término ‘amigo’, al igual que para definir la ‘amistad’. En general, su modus operandi empieza por mencionar ciertas definiciones de sus predecesores, y extrae de ellas lo que le es útil para acotar los conceptos y pasa a hacer clasificaciones, normalmente en tríadas, o definiciones por negativa entre dos opciones.

El objetivo de Aristóteles va más allá de definir la amistad como una asociación altruista. Su propósito es crear un sistema general de relaciones de la philia en la polis, tanto de las altruistas como de las interesadas y de las placenteras. Aristóteles no niega la existencia de la amistad exaltada, pero este tipo de philia no es el único al que presta atención. Su concepto de philia es considerablemente más complejo y universalista, como se puede apreciar en el cuadro número uno. Este tipo de crudas conexiones entre política, mecenazgo, recaudaciones, ejército, etc. tal vez tenga su origen en que los libros sobre la amistad en la Ética Nicomáquea son esquemas para la enseñanza que Aristóteles utilizaba en sus clases, tal y como dicen algunos detractores de la importancia de la discusión sobre la philia en esta ética18. No obstante, las conexiones también resaltan que la analogía es el principio que gobierna la lógica de estas tríadas. De hecho, las conversaciones de los amigos en el cuento de los dos amigos pueden ser altamente retóricas y contener numerosas analogías en su lógica. En tercera instancia, se observa que la noción de philia es tremendamente polifacética y que en ella se incluye la relación entre desiguales que más interesa aquí: las relaciones del mecenazgo. Además se contemplan las relaciones entre familiares como tipos de philia diferentes; al igual que las distintas formas de gobierno y sus equivalentes degenerados; y que los diferentes tipos de justicia se pueden asimilar a las tríadas de la philia (cuadro 2). Esta amplitud de concepto de la philia no sería casual. La conexión entre la ética —sus virtudes y su práctica— y la política radica en una noción de philia bifronte. La política y la ética son áreas que se intersectan en el concepto de philia. De esta forma, la philia se convierte en el gozne entre la felicidad del individuo ético y el compromiso del ser político19. Amistad, ética y política forman un conjunto indisoluble en Aristóteles, al igual que en los libros de Cervantes.

La asociación creada por un mecenas y un artista también entra dentro de una categoría de la amistad útil. De hecho, la philia entre desiguales es el objeto de gran parte del tratado noveno de la Ética Nicomáquea. Incluso si no hay igualdad estamental entre un mecenas y un artista, Aristóteles enfatiza que existe igualdad, aunque proporcional, en el flujo de beneficios y favores que circula entre ellos. Un estricto sentido de la equidad proporcional regula los intercambios entre superior e inferior en la philia.

 

 

OBJETO DEL AMOR

TIPOS DE COMUNIDADES

AMISTAD PERFECTA

Lo bueno

Política

AMISTAD ÚTIL

Lo útil

De interés particular (marineros, soldados, mecenazgo)

AMISTAD DELEITABLE

El placer

Religiosas o recaudaciones

Cuadro 1. Tipos de philia I

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Cuadro 2. Tipos de philia II

Pero este espíritu contractual de la philia entre disímiles no excluye los sentimientos. Al contrario, en la Ética Nicomáquea, no existe antinomia entre las dos vertientes de las estructuras de la philia20. El cumplimiento de la relación contractual deberes-beneficios revalida los sentimientos, y el reforzamiento de los sentimientos ratifica el contrato. En la Ética Nicomáquea, los flujos de sentimientos individuales y el intercambio de bienes económicos y simbólicos entretejen una comunidad paradójica, en la cual el binomio favores-servicios, unido tanto al código de honor, como al sentimiento de amor, refleja la ambigüedad de la noción amistad-mecenazgo. Esta interrelación entre sentimiento e interés se puede aplicar, por ejemplo, a la relación entre Sancho y don Quijote, para explicar las paradójicas conversaciones que mantienen sobre el salario de Sancho y la amistad entre el escudero y el caballero.

Sin embargo, el que no exista antinomia entre ambas nociones y sus prácticas no explica la inexistencia de la antinomia. La respuesta a esta pregunta merece una recensión de ciertos trabajos críticos del siglo veinte que ayudan a clarificar la razón de ser de la conexión entre ambos aspectos de la philia, para después proponer una teoría que explique cómo se articulan el interés y el sentimiento en la amistad, de forma que se puedan aplicar los resultados a la crítica literaria. Existen, al menos, dos corrientes de análisis antropológico con enfoques divergentes respecto de esta paradoja del interés-sentimiento en la amistad. En una corriente, la unión emocional entre los amigos es la parte fundamental de la relación amistosa. En la otra, se enfatiza la funcionalidad de la amistad dentro de las estructuras de una sociedad. Los textos fundacionales de Pitt-Rivers (1954) y Eisenstandt (1956) representan estas dos tendencias. Empezando por este último, aunque Eisenstandt reconoce que las amistades son de libre elección, el artículo realmente pone el acento en que estas relaciones son sancionadas ritualmente y que revisten un interés para la comunidad. El buen funcionamiento de la sociedad necesita este tipo de relaciones —amistades, compadrazgo, hermandades de sangre— para aplacar las tensiones que puedan surgir en áreas donde hay vacíos institucionales21. La amistad cumple varias funciones dentro de la mecánica estructural:

los diversos tipos de relaciones personales rituales sirven como mecanismos de control social y mitigan ciertos tipos de tensiones (…). Su capacidad para cumplir estas funciones de control social y allanamiento de tensiones (…) es posible porque la naturaleza misma de estas relaciones se encuentra dentro los principios estructurales básicos de estas sociedades (…) no van más allá de las básicas orientaciones de la sociedad y las expectativas de sus miembros, pero redistribuyen estas orientaciones y el equilibrio entre relaciones solidarias e instrumentales, de forma que mitigan las tensiones que surgen de la específica organización de estas sociedades22.

La amistad es una relación ritualizada que ayuda al control social, suaviza las tensiones y equilibra el peso y fricciones de la parentela. De esta forma, cumple una función utilitaria para la sociedad y el sentimiento parece ser casi despreciable, aunque no se niegue su existencia. Son los rituales sociales los que sancionan y dan sentido a las relaciones de amistad.

Para Pitt-Rivers, en cambio, las amistades claramente se basan en la ‘simpatía’. Pero, en su estudio de las relaciones sociales en un pueblo de una sierra española, la simpatía y el servicio rápidamente se intersectan, y llegan a formar las dos caras de la misma moneda. En su definición del término señala: «La amistad exactamente es la libre asociación con una persona por propia elección. Implica gustarse mutuamente (simpatía), pero (…) a veces este aspecto requiere el otro aspecto: el servicio mutuo»23.

Pitt-Rivers no enfatiza la cuestión del ritual, de la sanción social y de la funcionalidad de la amistad tanto como Eisenstandt. Él indica que ‘a veces’ las amistades voluntarias terminan en una relación de intercambios o, incluso, en una de patronazgo y servicio. Aunque su libro es un análisis estructuralista del sistema de relaciones de poder, amistad y familia en un pueblo serrano en España, donde los sentimientos tienen poca representación, reconoce el voluntarismo de estas amistades funcionales. Esta simbiosis de simpatías, obligaciones y servicios se ha denominado como la «paradoja de Pitt-Rivers»24.

Michel Rey bien podría haberla llamado «paradoja nicomáquea», ya que para la ética aristotélica este ejercicio constante de los mecanismos de la amistad-mecenazgo es esencial. Tanto los superiores como los inferiores implicados en la philia intercambian bienes materiales y simbólicos según un estricto sentido de la equidad que les hace honorables, virtuosos e iguales. El superior obtiene honor por medio de una asociación en la que beneficia al inferior, a la vez que, según Aristóteles, le ama proporcionalmente a su posición social25. Es decir, el carácter contractual de la relación implica una retribución. La contrapartida del inferior consiste en honrar y servir a su benefactor, al mismo tiempo que en amarle en proporción a su estatus26.

La definición de Pitt-Rivers acierta a llamar la atención sobre la ‘inestabilidad’ que confiere esta paradoja a la institución de la amistad. Esta dicotomía entre la amistad altruista y la funcional se encuentra en la base de numerosos estudios sobre el tema. Esta toma de posturas extremas produjo un colapso en el estudio de la amistad. Para Alan Bray, amigo de Rey y continuador de su trabajo, en su propia arqueología de la amistad, The Friend, afirma que habría que esperar a la década de los años noventa para ver historiadores capaces de superar esta dicotomía proveniente tanto de la historiografía imperial británica como de las tensiones académicas durante la Guerra Fría en el Reino Unido. Sería durante los años 1980 cuando se produjo una mayor confrontación entre ambas tendencias, en lo que Bray llama una proxy war sobre el modelo social en el Reino Unido entre el neoliberalismo del thatcherismo y los sistemas de protección social del estado del bienestar en Inglaterra27. Entre los historiadores especializados en la temprana modernidad también se produce esta división. Es notoria la diferencia de enfoque de R. Mousnier y sus seguidores, quienes subrayan la importancia de los sentimientos, mientras que Christiane Klapisch-Zuber, Richard C. Trexler, entre otros, analizan aspectos de la amicitia relacionados con las redes sociales, la retórica, el polimorfismo, el fracaso de los dos amigos y los programas políticos. El bloqueo se superó al comprender el funcionamiento del truismo inherente a la separación tajante de la amistad emocional de la ritual, la amistad altruista de la funcional, y la privada de la pública. En la superación de este pensamiento binario se encuentra la clave del éxito de los recientes estudios sobre la amistad, cuya semilla ya se apreciaba tanto en Aristóteles como en Pitt-Rivers.

La pregunta relevante respecto de esta tensión entre emociones e intereses en la amistad es por qué se encuentra siempre presente en los textos más importantes sobre la amistad. Ciertos estructuralistas tienden a anular o minimizar la importancia de la paradoja sentimiento-interés en la amistad, lo cual se traduce en un reduccionismo útil, en ocasiones, pero problemático para un estudio general de la amistad28. Es en la teoría de la práctica de Pierre Bourdieu, donde surge un marco productivo para esta paradójica cohabitación de la simpatía y el interés. Desde el posestructuralismo de Bourdieu, la ambigüedad entre sentimiento e interés en la amistad es exactamente lo que le da sentido a la relación amistosa. Es en esta polivalencia de la relación donde el individuo tiene espacio para desarrollar sus estrategias. Es la práctica individual de la amistad la que concreta las reglas en cada caso particular, dando lugar a una gran variedad de diferentes prácticas de la amistad. En términos de la teoría de la práctica de Pierre Bourdieu, cada individuo resuelve la paradoja de Pitt-Rivers de una forma diferente.

La paradoja no sería más que una expresión de dos niveles diferentes de intercambio y significación, donde cada individuo toma sus propias decisiones. El lenguaje de la amistad expresa al mismo tiempo una economía de bienes simbólicos y una economía de bienes económicos. Esta dicotomía se encuentra totalmente asimilada en la sociedad en forma de habitus: una «disposición cultivada» dentro de cada cultura que permite a los individuos actuar estratégicamente en los sistemas simbólicos y económicos que conocen29. Esta actuación estratégica se opone a la ejecución mecánica de una serie de normas estructurales, por medio de las cuales el individuo es objetivado, como en el trabajo de Eisenstandt y Pitt-Rivers. Es en este énfasis en la estrategia individual dentro de un sistema de normas donde se sitúa la importancia de la práctica individual frente a la estructura objetivadora30.

El concepto de que las decisiones y estrategias personales son la solución al conflicto entre el interés y el sentimiento en la amistad se puede aplicar al caso de Sancho y don Quijote. Sancho requiere un salario en varias ocasiones. Amenaza a don Quijote con partir si no se le remunera adecuadamente, ya que la contraprestación señorial por el servicio feudal —la incierta ínsula— no es suficiente compensación por todos los sinsabores del trabajo de Sancho. Don Quijote termina participando en estas negociaciones salariales, a la vez que reconoce que la naturaleza de la relación entre los dos amigos se está transformando a medida que los intereses económicos de Sancho se hacen más concretos. Sin embargo, como indica Carroll B. Johnson, Sancho cambia de actitud en varias ocasiones. Aunque el feudalismo llega a ser inoperante, Sancho establece su propia estrategia donde busca acomodarse a lo mejor de los dos mundos: un pequeño salario y, acaso, una futurible ínsula, pero sin romper totalmente con el modelo de servicio feudal que le une con don Quijote31. La ambigüedad causada por la diferencia y la similitud entre la amistad y el mecenazgo, o clientelismo, es central a la discusión de la amistad en Cervantes; al igual que lo es el reconocer que los individuos tienen capacidad para desarrollar estrategias en sus relaciones de amistad, tal y como Sancho y don Quijote lo hacen. Estas estrategias, basadas en decisiones individuales y creativas dentro de las normas del hatitus, definen las emociones e intereses en las interacciones, mutatis mutandi en las representaciones textuales de la amistad. Por esta razón, es necesario establecer un marco conceptual claro, a la vez que fluido, de lo que son la familia, el mecenazgo y la amistad.

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