JEAN RACINE

Fedra

[Representada por primera vez
el 1 de enero de 1677
en el Hotel de Bourgogne (París)
]



Traducción, introducción y notas
de
Rafael Gómez Pérez

EDICIONES RIALP S. A.

MADRID


© 2017 de la versión española y de la traducción, introducción
y notas de
Rafael Gómez Pérez by EDICIONES RIALP, S. A.

colombia, 63 — 28016 Madrid
(www.rialp.com)

Preimpresión: Jorge Alonso Andrades

ISBN: 978-84-321-4899-6

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Introducción



Jean Racine, vida y teatro


Racine, con Molière y Corneille, compone el trío del mejor teatro francés, en la época clásica, y quizá también desde entonces. Racine nació el 22 de diciembre de 1639 en La Ferté-Milon, un pequeño pueblo de la Picardía, a unos 90 kilómetros de París. Murió el 21 de abril de 1699 en París.

Huérfano a los cuatro años, fue adoptado por sus abuelos, quienes lo pusieron al cuidado de las religiosas de Port Royal, lo que hizo inevitable una educación jansenista, aunque Racine nunca la llevó al extremo. De hecho, cuando se decantó por la dramaturgia rompió con sus antiguos maestros rigoristas que consideraban el teatro ocasión de vicios y malas costumbres. De todos modos, cuando salió de Port Royal sabía a la perfección latín y griego, pudiendo leer a Sófocles y Eurípides en la lengua original.

Durante un tiempo siguió estudios eclesiásticos porque su familia deseaba orientarlo hacia el sacerdocio, pero una vez más siguió su propio gusto. Decide dedicarse por completo a la literatura, va a París, se arrima a la Corte, lleva una vida frívola, recibe algunos favores de Luis XIV y logra que la compañía de Molière represente dos de sus obras. No a gusto con el montaje de Molière, su siguiente obra la da a una compañía rival, por lo que se enemista con el comediógrafo.

El renombre y la fama le llegan en 1667, con Andrómaca. Después vendrían Británico (1669), Berenice (1670), Bayaceto (1672), Mitrídates (1673, año de su ingreso en la Academia Francesa), Ifigenia (1674) y Fedra (1677).

Precisamente después de Fedra da un giro a su vida. Se hace más devoto, se casa con Catherine de Romanet (que le dará siete hijos, entre ellos el poeta Luis Racine) y, lo más sorprendente, deja de escribir teatro, incluso destruye obras que tenía en preparación.

Nombrado historiógrafo del rey Luis XIV, se dedica enteramente a su tarea de cronista. Lo que escribió después significativamente dos obras con tema bíblico fue por compromiso. Madame de Maintenon, amante y desde 1683 esposa morganática y secreta de Luis XIV, le pidió que compusiera para las alumnas internas del Colegio de Saint-Cyr. Así nacieron las tragedias bíblicas Esther (1689) y Atalía (1691). Su reencuentro con el jansenismo le lleva a escribir Breve Historia de Port-Royal, que se publicará póstuma.

Sus restos descansan en el presbiterio de Saint-Étienne-du-Mont, París, muy cerca de los de Pascal, cuyos Pensamientos tanto lo habían conmovido.

Escribía la primera versión de sus tragedias en prosa y luego las versificaba en pareados de alejandrinos. Es más cercano que Corneille, más natural, más lírico. Se nota que la influencia principal es la de E­urípides, el más psicólogo de los dramaturgos griegos.

Fedra, considerada desde su estreno su mejor obra, es un prodigio en el análisis de pasiones prohibidas (Fedra), de la inocencia (Hipólito), de la influencia de los malos consejeros (Enone) y de una cierta inopia del por otra parte legendario héroe Teseo. Aunque se conozca la historia de antemano, Racine dosifica la intriga con tanto saber teatral que la obra se lee con interés.

Fedra, en Racine, no es una mala madrastra propensa al incesto. Como se ha comentado con frecuencia, es una Fedra casi jansenista, de rigurosa conciencia. Desde que se da cuenta de su inclinación por su hijastro, Hipólito, que ella atribuye a una venganza de Venus, la combate con todos los medios. Solo cuando llega la noticia de que Teseo ha muerto, cede en confesar su amor a un horrorizado Hipólito. Pero a partir de ahí la tragedia se desencadena.

La obra es también un cierto repaso a buena parte de la mitología griega: el “abuelo” de Fedra es nada menos que Júpiter, ya que el padre, Minos, era uno de los hijos que el padre de los dioses tuvo con Europa. La madre de Fedra, Pasifae, era hija de Helios, la personificación del sol. Por su parte, Teseo, según algunas fuentes, era hijo de Neptuno.

La tragedia de Fedra es uno de los argumentos más versionados desde Eurípides (Hipólito). Hay una Fedra de Séneca y otra de Unamuno. Rameau estrenó en 1733 Hipólito y Aricia. En 2007 se estrenó en Berlín la ópera-concierto Phaedra, del compositor alemán Hans Werner Henze.

En la traducción que aquí se ofrece se conserva el verso alejandrino, aunque sin rima, salvo en algunos pocos momentos, por los que se puede calcular el efecto de una entera obra rimada.



Fedra



Personajes



Teseo, hijo de Egeo y rey de Atenas.

Fedra, esposa de Teseo, hija de Minos y Pasífae.

Hipólito, hijo de Teseo y Antíope, reina de las Amazonas.

Aricia, princesa de la casa real de Atenas.

Terámenes, ayo de Hipólito.

Enone, nodriza y confidente de Fedra.

Ismene, confidente de Aricia.

Panope, mujer del séquito de Fedra.

Guardias.