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Título original: Физика на тъгата

© 2011 Gueorgui Gospodínov. All rights reserved

© 2018 María Vútova y Andrés Barba por la traducción

© 2018 Nicola Kloosterman por el collage de cubierta (todos los derechos reservados)

© 2018 Dobrinka Stoilova por el retrato del autor

© 2018 Fulgencio Pimentel por la presente edición

www.fulgenciopimentel.com

ISBN de la edición en papel: 978-84-16167-78-4

ISBN digital: 978-84-16167-38-7

Primera edición en papel: septiembre de 2018

Editor: César Sánchez

Editores adjuntos: Joana Carro y Alberto Gª Marcos

Diseño de cubierta de Daniel Tudelilla y César Sánchez

Epigráfica

O mytho é o nada que é tudo.

f. pessoa, Mensagem

Hay solo infancia y muerte. Y en medio, nada.

gaustín, Autobiografías escogidas

Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.

borges, 1964

… Y entro en los campos y anchos palacios

de la memoria, donde están los tesoros

de innumerables imágenes…

san agustín, Confesiones, Libro X

Solo lo fugaz y lo efímero merecen ser narrados.

gaustín, Los abandonados

Siento anhelos de volar, de nadar, de ladrar, de mugir, de aullar… Quisiera tener alas, un caparazón, una corteza como los árboles; quisiera echar humo, tener una trompa, retorcerme, dividirme en muchas partes, estar en todo, emanar mi esencia junto con los olores, crecer como las plantas, fluir como el agua… penetrar en cada átomo, descender hasta el fondo

de la materia, ¡ser la materia!

gustave flaubert,

Las tentaciones de san Antonio

… Mixing

memory and desire…

t. s. eliot, The Waste Land

Los géneros puros no me interesan mucho.

No hay raza aria en la novela.

gaustín, Novela y nada

Si el lector lo prefiere, puede considerar

el libro como obra de ficción…

ernest hemingway,

París era una fiesta

Prólogo

Nací a finales de agosto de 1913 como ser humano de sexo masculino. Desconozco la fecha exacta. Esperaron unos días para ver si sobrevivía y solo entonces me inscribieron en el registro. Lo hacían así con todos. Los trabajos de verano se acababan, aún quedaba por cosechar algo en el campo, la vaca parió un ternero, necesitaba cuidados. La Gran Guerra estaba a punto de comenzar. La pasé junto con el resto de las enfermedades de la infancia: la varicela, el sarampión, etc.

Nací dos horas antes del amanecer como mosca de la fruta. Moriré esta noche tras el atardecer.

Nací el uno de enero de 1968 como ser humano de sexo masculino. Recuerdo con detalle y de principio a fin todo el año 1968. No recuerdo nada del año en que estamos. Ni siquiera sé el número.

Nací desde siempre. Aún recuerdo el comienzo de la Edad de Hielo y el final de la Guerra Fría. La visión de la muerte de los dinosaurios (en ambas épocas) es uno de los espectáculos más insoportables que he presenciado.

Aún no he nacido. Soy inminente. Tengo menos siete meses. No sé cómo se lleva la cuenta de este lapso negativo en el útero. Soy pequeño (o pequeña, todavía no conocen mi sexo) como una aceituna, peso un gramo y medio. Mi apéndice se retrae. Se aleja el animal en mí, se despide saludándome con su rabo menguante. Creo que estoy predestinado a ser humano. Aquí todo es oscuro y acogedor, estoy atado a algo que se mueve.

Nací el seis de septiembre de 1944 como ser humano de sexo masculino. Eran tiempos de guerra. Una semana más tarde mi padre marchó al frente. Mi madre se quedó sin leche. Una tía estéril quiso acogerme y criarme, pero no quisieron darme en adopción. Lloraba de hambre noches enteras. En vez de biberón, me daban a chupar pan mojado en vino.

Recuerdo haber nacido como rosal silvestre, como perdiz, como Ginkgo biloba, como caracol, como nube de junio (el recuerdo es fugaz), como azafrán otoñal de color lila cerca de Halensee, como cerezo prematuro helado por la nieve tardía de abril, como la nieve que heló el crédulo cerezo…

Yo somos.